14 de octubre de 2011

Fábrica de PNJ: Star Wars (II)


Anochece (que no es poco) en el planeta Coruscant, centro de la República Galáctica. Hace un par de días hablábamos sobre unos personajes metidos en una nave de exploración de la Galaxia: un piloto, un mecánico y una mercenaria. ¿Y qué hay de los demás tripulantes? Pues bien, en esta ocasión hablaremos sobre los personajes que faltan para completar un buen grupo de exploradores. Pero, ¿no hay Jedi? Tsk, siempre pensando en lo único ;)


Logan Siege

Raza: Humano
Clase: Explorador
Planeta de de Origen: Chandrilla

Personalidad: Apasionado aventurero de la Galaxia que no pierde nunca la oportunidad de conocer nuevos lugares, planetas, razas o costumbres milenarias. Entusiasmado con la historia, con lo tradicional y con las viejas costumbres que la tecnología ha ido sustituyendo. Es un hombre honrado, pero su trabajo a veces lo absorbe y se olvida de lo realmente importante, como es cuidar de su hija adolescente, Mon. Bromista, entusiasta, feliz de la vida y con grandes ganas de aprender siempre cosas nuevas. Es un seductor, sin embargo nunca se da cuenta de que lo es y antes de que pueda ser consciente de ello, siempre hay alguna alienígena de curvas desenfrenadas poniéndole ojitos. Y él nunca puede evitar ayudar a una dama en apuros.

Aspecto: Logan es un hombre que está a punto de cumplir los cincuenta, pero su rostro curtido por decenas de soles diferentes siempre tiene el mismo aire risueño e infantil. Atractivo, elegante, sería el perfecto político de no ser por su poco entusiasmo por la burocracia y su gran pasión por lo científico. Tiene cicatrices de muchas de sus aventuras y conserva en su ropa algunos amuletos que le traen suerte.

Historial: Hijo de un historiador de Chandrilla, con pocos años, Logan se trasladó a Coruscant para asistir a la mejor Academia Científica del planeta. Su primera misión transcurrió en un planeta remoto del Borde Exterior dónde sus dotes diplomáticas evitaron un conflicto con la República. Descubrió unas ruinas antiguas de más de mil años de antigüedad y catalogó todas las piezas junto a otra eminencia científica, el profesor Berguer, un viejo Maestro Jedi que tomó a Logan como su discípulo.

Su tésis sobre aquellos objetos le valió el reconocimiento y accedió a la Universidad, dónde pronto destacó y obtuvo un puesto como profesor, que compaginaba con sus viajes intergaláticos por toda la Galaxia. Conoció a una estudiante con su misma pasión por la Antropología Cultural Galáctica y sin pensarlo se casó con ella. Todo era felicidad y dicha, incluso esperaban una hija, pero Layla, su esposa, cayó enferma y ni siquiera la enorme Biblioteca Jedi y la antigua sabidura del Templo pudieron dar con una solución para evitar la muerte de ambas. Logan se obsesionó hasta el punto de patearse toda la Galaxia conocida para encontrar una solución, sin dar con ella... Layla murió y unos años más tarde, la pequeña Mon sufrió la misma enferdad con solo cinco años. Roto por los acontecimientos del destino, hizo lo único que se le ocurrió: viajar hasta Kamino.

Detalles: Logan no pudo salvar la vida de su mujer, ni la de su hija. Sin embargo, para evitar la pérdida de esta última, llevó a la pequeña Mon a Kamino, dónde pagó con todos sus ahorros la clonación de la pequeña. Es un gran secreto que tan solo conoce él y los clonadores. Mon es su más preciado tesoro.

Reglamento: Amplio conocimiento en un montón de campos científicos, astronavegación, antropología, historia, rituales ancestrales y política planetaria. Su atención se centra en los pequeños detalles y a veces tiende a distraerse con mucha facilidad. Sabe utilizar armas de fuego cortas con bastante destreza, pero su especialidad son las armas simples como espadas, lanzas, cuchillos y cualquier cosa no-tecnológica. Conoce una gran variedad de plantas, razas y rutas de navegación alternativas que la República ya no utiliza.

Mon Siege

Raza: Humana
Clase: Exploradora
Planeta de Origen: Coruscant (Kamino)

Personalidad: Todo lo que su padre Logan no es. Mon es una chica paciente, tranquila y responsable. Siente la misma pasión que su padre por la ciencia y todo lo relacionado con los numerosos planetas todavía desconocidos. Posee una sabiduría nada frecuente en jóvenes de su edad y se le ha pegado algo de la filosofía Jedi durante las veces que permanecía al cuidado del Maestro Oldstar cuando su padre se marchaba en sus largos viajes intergalácticos.

Apariencia: Adolescente de trece años de edad, Mon es una chica pequeña y delgaducha, de pelo rubio lacio y ojos azules muy grandes. Su piel es algo pálida, su mirada curiosa y su forma de hablar resulta extraña para alguien de su corta edad.

Historial: La "verdadera" Mon murió cinco años antes de que ella naciera. Un virus en la sangre de su madre se transmitió a su código genético y provocó su muerte; sin embargo, su desesperado padre logró extraer una muestra sana con la que clonar a su hija. Durante los primeros cinco años sus recuerdos fueron implantados. Creció en Coruscant, la mayor parte de las veces en el Templo Jedi los días que no estaba en la Academia y desea ser lo bastante mayor para que su padre la lleve de aventuras por la Galaxia.

Detalles: Mon tiene visiones de su vida anterior, fragmentos inconexos de rostros kaminoanos estudiándola y examinándola. Sabe hablar el kaminoano, incluso lo entiende. El problema es que no ha estado jamás en ese planeta y eso la hace sentir extraña.

Reglamento: Al ser  una niña, casi todas sus carácteristicas básicas no están del todo desarrolladas. Posee una inteligencia parecida a la de su padre aunque sus conocimientos son más limitados. Tiene capacidad para sentir la Fuerza, pero no ha desarrollado ningún poder ni ningún control sobre ella.


***
Cuando aquel ser de cuello largo y ojos inexpresivos entró en la sala de espera donde aguardaba el eminente Profesor Logan Siegel, éste se encontraba absolutamente destrozado… deshecho en mares de lágrimas comparables a los que cubrían por completo la superficie de aquel planeta. En ningún caso trató de aparentar entereza… no valía la pena fingir valentía. En realidad, ya nada la valía.

- Doctor Siege… - musitó con voz queda y amable el kaminoano - … el proceso ya ha concluido.

Aquella afirmación dejó un agrio silencio en el aire. El profesor contenía la respiración esperando un veredicto final; bien fuera en uno u otro sentido.

- ¿Y…? – reclamó ardiente el humano. No podía entender la demora de la respuesta… era inconcebible que ante tal situación se permitiesen el lujo de jugar con el suspense como en una holoproyección de folletín. - Malditos kaminoanos… - pensó para sí.

- Su hija ya es parte del TODO, lo lamento. Y… respecto de la muestra tomada; sólo decirle que finalmente es cien por cien viable…

- ¿Vi… viable? Y… ¿el virus?

- Verá, Profesor… esta enfermedad no es del todo desconocida por nuestra tecnología. Sin embargo, el hecho de que la infectada recibiera el contagio a través del útero materno hace que resulte realmente arduo el proceso de clonación. Pero nosotros no generamos productos que puedan resultar defectuosos. La muestra está sana… y entrará en proceso embrionario inmediatamente.

Ahora el profesor respiraba agitadamente y, aunque las lágrimas que corrían por su rostro aún empapaban sus mejillas, comenzaba a esbozar una sonrisa leve y cansada. Como la que provoca una victoria pírrica que, aunque amarga, no deja de ser una victoria.

- Y, ¿será igual que ella?

- En esencia será “Ella”; física, biológica y genéticamente exacta. Respecto de su psique… el proceso de implantación de improntas está lo suficientemente perfeccionado como para sentirnos seguros de que saldrá bien.

- Mon… - imploró la voz del profesor a caballo entre la desesperación, la dicha y la locura.

- Créame profesor… se podría decir que hacemos esto cada día.

… varios años después.

¿Sabes…? Siempre empieza de la misma manera; un fogonazo blanco… como el chorro de propulsión de un Crucero Estelar. Y luego imágenes; material quirúrgico por todos lados, el olor aséptico de las salas, el burbujear denso del bacta… y esos malditos cuellilargos; con sus ojos opacos y sus dedos finos y ágiles. Siento que me sujetan y me examinan como si fuese un pedazo de costillar en la mesa de un cocinero. Suelo despertarme dolorida y asustada… e incluso rebusco entre las sábanas buscando agujas como las que siento que me pinchan en mi sueño. Pero nunca encuentro nada… y mi padre asegura que jamás he estado en Kamino.

No… no me estoy volviendo loca. Recuerdo claramente haber estado en más de media docena de planetas; en Ithor y en Telos, sobretodo. Bueno, claro… y en Coruscant. Pero no en Kamino. Mi padre se ríe de mí cada vez que le saco el tema… supongo que lo hace para quitarle hierro al asunto. Siempre trata de protegerme… es un padre genial. Le quiero muchísimo… y él a mí.

Pero lo más extraño es que hace unas semanas… un par de días después de que él se embarcara en la Clotho, me crucé por casualidad con un Kaminoano cerca de la Universidad… parece ser que dio una conferencia de nosequé. Se me quedó mirando fijamente y me dijo… “un gran trabajo”. ¿Te lo puedes creer? No tengo ni idea de a qué se refería pero me quedé alucinada… porque le entendí perfectamente. Y eso que me habló en su ridícula lengua…- Malditos kaminoanos… - pensó para sí.
***

Y con esto damos por finalizado el grupo de exploración. Espero que os haya sido útil, nos vemos en la próxima entrega ;)

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