Lo que le da a un juego de rol atractivo a los ojos de un
jugador es poder superar retos mediante su representación "virtual"
en la partida, que es su personaje. Estos retos para los personajes jugadores
vienen a raíz de confrontaciones con entidades externas y que escapan de su
control directo.
El tipo de confrontaciones a las que debe hacer oposición
cada grupo de personajes depende de la escena, pero normalmente la otra parte
del enfrentamiento, manejado por el Director de Juego, tiene su raíz en uno o varios
personajes no jugadores: persecuciones, tiroteos, intrigas palaciegas,
negociaciones, combates, investigaciones...
Sin embargo, en determinadas escenas los jugadores no han de
hacer frente a las acciones directas de unos personajes típicos. En escenarios
de exploración y aventura, dejando ciertos encontronazos con civilizaciones y
culturas autóctonas a un lado, el verdadero oponente es el entorno. El entorno
es un antagonista despiadado y caprichoso que no da tregua a nuestros PJs, y
genera a mi entender dos tipos de retos para ellos: los peligros y los puzzles.
Dejemos a un lado los peligros diversos del entorno (de
momento) y echemos un vistazo a los que he dado en llamar puzzles.