15 de diciembre de 2011

Razones para jugar a: Lady Blackbird

¿Pueden apenas veinte paginas contener un reglamento, un trasfondo y una partida completa? A estas alturas pocos deben ser ya los que no hayan oído hablar de Lady Blackbird, ese juego steampunkero que de pronto apareció y de pronto se convirtió en uno de los mejores juegos del año. En mi desconocimiento absoluto de la mayoría de los juegos indie del mercado no puedo decir si es el mejor juego hasta la fecha, pero puedo decir, desde mi punto de vista como directora y habitual jugadora de rol, que es uno de los mejores que he tenido ocasión de leer y dirigir.

La historia comienza fuerte: lady Blackbird está huyendo de su matrimono concertado con un conde y contrata a una tripulación pirata para reunirse con su amor de juventud, un pirata de los cielos al que hace años que no ve. Durante el viaje, la nave en la que viajan es capturada y pronto descubrirán que la huídiza lady Blackbird se encuentra entre sus prisioneros. Es el momento de escapar...


Este juego, totalmente gratuito, en su versión origial y su versión traducida (a manos de conBarba), tiene solo 16 paginas, de las cuales, solo una de ellas tiene información sobre la aventura (si me apuras, yo diría que solo es media pagina la que contiene la aventura). El resto es trasfondo, breve descripción de lugares más importantes y las fichas de los personajes con las reglas incorporadas. Y no hay nada más; sencillo, elegante y todo en uno. De 2 a 6 jugadores (supongo que se referirá a 5 más el director), en 4 o 5 sesiones de juego. Ahora viene la pregunta, ¿por qué hay que jugarlo?

Lady Blackbird nos sumerge en un universo steampunk dónde hay una clara división de clases sociales, dónde existe un universo gaseoso por dónde vuelvan las naves a vapor y dónde existen los barcos piratas que surcan las nubes. Hay un Imperio, unos Mundos Libres y zonas dónde el contrabando, el mercado negro y los piratas se juntan en un solo pack. Existen las maquinas de vapor, barcos voladores, puertos espaciales, toda esa imagineria de la Revolución Industrial con un toque moderno, tanto en las formas de vestir como en todos esos gadgets absurdos que pueden resultar útiles o ser un invento completamente inútil.


Dada la sencillez y la poca información que se ofrece en las descripciones de los lugares, con unas bases fijas y muy breves, el punto fuerte de este juego es el límite de la imaginación. Este juego no es un juego normal dónde existe un director que guía a los jugadores a través de una aventura que previamente ha sido creada, sino que es una aventura dónde van a ser los propios jugadores los que dicten el ritmo. El director es el encargado de preguntar y anotar cualquier cosa que hagan los jugadores y después, ir lanzando escenas a diestro y siniestro para locura y diversión de sus jugadores. Es importante tener claro que hay mucho por improvisar y poco que esperar del director, el cual, desde mi punto de vista, me recuerda más a un moderador.

En cuanto al tema de personajes, tenemos un variopinto grupo de pjs pregenerados, la propia lady Blackbird, su guardaespaldas Naomi, el capitán pirata Cyrus Vance y parte de la tripulación, el joven Kale y el piloto-goblin-cambiaformas Snargle. Aparte del nombre, la ficha se compone de una descripción de una línea, dejando libertad total al jugador para que lo dote de una personalidad y una apariencia si es su deseo. Dentro de la propia ficha, que se compone de Rasgos, Etiquetas, Claves y Secretos, se puede entrever un poco la personalidad de cada personaje, como una forma de empujar al jugador a que haga lo que quiera pero sin salirse de los límites (el personaje más bizarro que he dirigido era una versión de Mary Poppins steampunkera con un ojo mecánico que tiraba rayos... ahí es ná)

Esta es más elegante...

El reglamento es bien sencillo, cuando se crea una escena de conflicto dónde el director pida una tirada, se deben reunir un conjunto de dados teniendo en cuenta todas las carácteristicas disponibles en la ficha. Según la situación el jugador debe ser capaz de sacar el mayor partido a sus rasgos para juntar una buena cantidad de dados y superar la dificultad marcada. Como ayuda, cada jugador dispone de una reserva de dados que puede ir gastando y luego, durante escenas intermedias (llamadas escenas de refresco, que son escenas sin relación alguna para la partida sino que sirven para el desarrollo interior del personaje) se pueden recuperar estas reservas para seguir tirando. Además, a medida que se juega y se lanzan dados, el uso de Claves y Secretos puede proporcionarte puntos de experiencia, pudiendo gastarlos en comprar "mejoras" (desbloqueando etiquetas ya incluidas en la ficha) u obtener nuevos rasgos.


El propio manual (me da cosa llamarlo manual cuando no llega a 20 paginas...) ofrece sugerencias de dirección, algunas posibles escenas y conflictos, ejemplos de las dificultades y mejoras para las fichas de los personajes incluyendo nuevos rasgos, claves y secretos. Lady Blackbird es el único producto, por así llamarlo, "oficial", y su único punto flojo, desde mi punto de vista, es que no ofrece un formato de creación de personajes. Pero por la red hay una gran variedad de hacks y apéndices que ofrecen nuevas aventuras, creación de personajes y más fichas para todos aquellos que se queden con ganas de jugar. La mayoría están en inglés. Este es el apéndice más utilizado, ya que trae reglamentos, ciudades y creación de personajes. En esta página hay aventuras creadas en base al reglamento de lady Blackbird (¿Jedi Blackbird? No me lo puedo creer) En resumen, es un juego bonito al que hay que echarle imaginación y un buen rato.

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El Autómata